Biólogo e Investigador REDIA.
d.giron@rediasv.org
La pandemia ha traído crisis y cambios en cada rincón de la sociedad, cada persona le ha tocado vivir distintos retos, algunos aceptando y acatando las medidas de seguridad, otros influenciando un cambio social, y muchos otros siguen en la lucha del sostén de sus familias para llevar algo de comer a sus hogares. Otras dificultades que El Salvador ha enfrentado al mismo tiempo que la pandemia, son la tormenta tropical Amanda, el constante conflicto hídrico que afecta más a las personas en alta vulnerabilidad, la pérdida de biodiversidad, que afecta mas a un país que depende de un buen porcentaje de la agricultura, entre muchos otros fenómenos socio ambientales.
Xiomara, habitante cercana del Bajo Lempa, con una figura humilde, es una mujer trabajadora, propietaria de unas cuantas parcelas de tierra, las que utiliza para la siembra de maíz y el cuidado de ganado, pero en este año ha estado lleno de desafíos, ya que a inicios de julio una de sus parcelas se vio afectado por una alta población de langostas.
Evidencia
Para enfrentar esta plaga, ella se asesoró con técnicos de OIKOS Solidaridad, quienes le recomendaron un repelente casero, antes que un agroquímico, con la finalidad de no afectar el resto de la biodiversidad de su cultivo, por lo que una mezcla con base en ajo, chile y cebolla fue suficiente para controlar la plaga, conservando actualmente muchos otros insectos como depredadores como la mosca ladrona, chinches y escarabajos depredadores, encontrándose también polinizadores como diversas especies de mariposas y moscas, además de encontrase muchos otros insectos que cumplen otras funciones que benefician a los cultivos de Xiomara, y es que ahora comprende la importancia de tener controladores biológicos para controlar la población de las langostas.
Diversidad de insectos con distintos roles ecológicos en la parcela de maíz
José un hombre sencillo y con mucha experiencia en la agricultura, desde joven ha sembrado sandias, melones, pipianes y maíz, pero con este último se enfrentó a distintas problemáticas debido a la falta de lluvia que han venido ocurriendo en todos estos años anteriores, por lo que esta vez recurrió al apoyo de proyectos de FIAES, para crear un método de cultivo más resiliente.
Es así como José, actualmente posee una plantación compartida de guineos y de limones, los cuales le permitirán no solo depender de un monocultivo, el cual representa un alto riesgo para una zona tan vulnerable a cambios climáticos y a estrés hídrico. Sino que también le permite diversificar la biodiversidad al contar con más especies vegetales en sus parcelas. Su estrategia es diversificar sus productos para diversificar sus ingresos, realizando al mismo tiempo un manejo integrado del suelo.
Así es como dos pequeños agricultores, a pesar de dedicarse a la agricultura, cuidan la biodiversidad de sus entornos, a pesar de todas los catástrofes y luchas a las que se enfrentan, ellos siguen en pie de lucha, siguen trabajando por llevar comida a sus hogares, sin perder la visión de conservar la biodiversidad de sus parcelas. Esto nos invita a que cada uno de nosotros poder hacer una pequeña acción en pro de la conservación de nuestra biodiversidad.
La resiliencia ambiental de los agricultores en medio de la Pandemia
Segundo Taller de Periodismo Ambiental