Escrito por: Guillermo Amaya
Xiomara Beatriz Rivera González, es una agricultora de aproximadamente 48 años de edad, originaria de la zona de Tierra Blanca, Jiquilisco, madre soltera con dos hijos de 8 y 15 años de edad. Xiomara posee una parcela de 1 manzana y media; la cual cultiva cierta parte con la siembra de maíz y otra parte el cultivo de zacate que sirve como alimento para su ganado. Nos comenta que con la ayuda del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES) ha recibido diferentes capacitaciones para hacer abono orgánico, cómo cultivar y otras técnicas que implementa en su parcela.
El Gobierno difundió en los diferentes medios de comunicación que la plaga llegaría a territorio salvadoreño, es donde Xiomara se informó y anoto el número de atención si se presentase un caso de langostas donde reside, en la zona de Tierra Blanca y en sus alrededores no había escuchado a nadie que había sufrido estragos en sus cultivos por la langosta y siguió con sus labores diarias en el campo.
En un día normal para Xiomara, fue a revisar la parcela y no vio nada raro, se regresó a su hogar hacer los quehaceres de la mañana, pero comenta que le dio como una sensación de que algo pasaba en su milpa y al llegar logró ver que la plaga de langostas que estaban comiendo su milpa. Comenta que las langostas iban hoja por hoja dejando solamente el tallo. Verificó que en la parte de atrás de su milpa ya se habían comido una gran cantidad de planta. Al ver que su cosecha estaba amenazada por la plaga llamó a Evelyn Zapata, coordinadora del proyecto ejecutado por OIKOS Solidariad con el apoyo técnico y financiero de FIAES, para pedir ayuda y evitar que acabarán con toda su milpa.
Las Langostas tiene la capacidad de comer hasta el 100% de su tamaño físico eso hace que coman rápido y puedan devorar en cuestión de horas una gran cantidad de cultivos.
Xiomara al ver que su milpa era consumida decidió atraparlas, pero saltaban y eran rápidas, era difícil controlarlas. Evelyn le sugirió un pesticida orgánico el cual consiste en ajo, cebolla morada y Chile picante rojo, dichos ingredientes se tienen que licuar, colar bien y el contenido final verterlo en una bomba pesticida con agua hasta llenarla y luego empezó a regar, hizo el procedimiento 6 veces con el cual cubrió toda su milpa. El pesticida funciono de forma inmediata y provocó que la plaga de langosta huyera a otro lugar por que el olor y lo picante del pesticida orgánico era fuerte, incluso a ella le causo ardor en la piel por la fuerza del Chile picante.
Luego revisó la milpa despacio buscando la parte que había sido afectada, buscó también si habían quedado algunas langostas para atraparlas, comenta que atrapo una y la metió en un recipiente plástico donde tomo varias fotos que envió a Evelyn para el registro, ya que era primera vez que Xiomara veía una plaga que amenazó su cosecha.
El tamaño de la Langosta era casi el doble de como común mente conocemos "La Esperanza" de color verde (Nombre científico. Caulopsis cuspidatus), la langosta tenia un color café oscuro con tonos y rayas blancas que la diferencias en su totalidad.
Evelyn comenta que "dichas langostas no habían tenido su crecimiento al 100% y explico los siguiente: las Langostas tiene un ciclo de vulnerabilidad en donde su ciclo normal es huevo, larva, ninfa, pupa y adulto, pero en este caso no cumplió su total metamorfosis y al ser invertebrado necesitaba más comida para crecer botar el caparazón viejo y crecer más; el cual dicha plaga estaba en ese estado incompleto de metamorfosís. Eso ayudó a que no se haya apareado y dejado huevos para la próxima generación de langosta, donde su ciclo de vida iba a ser corto".
Al haber recuperado la milpa, Xiomara se dio cuenta que su milpa no fue muy afectada en su totalidad, ella nos platicaba que su inversión es de aproximadamente $400 dólares y al ver que estaban comiendo su milpa se sintió triste, viendo que su inversión económica y de trabajo e estaba echando a perder, pero como ella comenta gracias a Dios logró recuperarla y con la ayuda de Evelin (FIAES).
En esa semana varios lugareños estuvieron comentando sobre la plaga y ella les dio como su nos comentó “La Receta” para ahuyentar a las langostas y algunos lugareños no le creyeron y prefirieron los pesticidas químicos para usar, pero no funcionó como el pesticida orgánico en su pronta respuesta.
Como dato histórico: una plaga así en El Salvador no se había presentado de forma significativa desde la fecha del 9 y 15 de mayo de 1947 en La Unión, se temía que se pudiera expandir.
Para 1948 sucedió que la plaga ya estaba en todo el territorio y causó varios estragos en los cultivos a nivel nacional. Desde esa fecha hasta agosto de 2020 no se había presentado una plaga.
¿La Langosta en Tierra Blanca?
Segundo Taller de Periodismo Ambiental